Descripción
El fin de la relación entre Carl Gustav Jung y Sigmund Freud, que se consuma en la década de 1920, es decisiva para el mundo del psicoanálisis. Jung desarrolla bastante pronto la idea -confirmada por todas las disciplinas que analiza, desde la filosofía a la historia del arte- de que el individuo está inserto en un fluir colectivo que condiciona fuertemente sus fantasías, sus símbolos, sus actitudes. En los sueños encontramos las raíces de la humanidad fundidas junto a las señales que nuestro inconsciente personal ha tomado de la vida cotidiana. Lo que se abre frente a nosotros es un viaje a través de los arquetipos que la especie ha desarrollado en el curso de los milenios: nuestro ser se forma de estas matrices a través de un proceso de individualización, en el que se pueden oír hasta ecos de Oriente. De hecho, Jung fue el primer psicoanalista que descartó los criterios de causa-efecto y de espacio-tiempo lineales para recurrir a conceptos como el de simultaneidad, en busca de una visión más humanista y holística de la psique humana.
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