Descripción
Original reflexión que muestra la importancia del concepto de persona en la psicología aplicada desarrollando el innovador concepto de informidad para aplicarlo en la práctica clínica.
Toda psicología y toda psicoterapia se fundamentan en una imagen del ser humano. Sin embargo, en buena parte del ejercicio actual de la psiquiatría y de la psicología clínica se considera al hombre un «organismo estropeado» o un agente de «comportamiento disfuncional», una visión reductiva que da lugar a terapias parciales y, en ocasiones, poco satisfactorias. El autor, en este texto pionero, publicado por Ediciones Palabra Editorial responde a este grave problema desde varias perspectivas. En primer lugar, muestra la importancia de la antropología personalista para la psicología. En segundo lugar, aplica dicha antropología para obtener una comprensión profunda del terapeuta, del acompañado y de la relación terapéutica. En tercer lugar, a partir del novedoso concepto de informidad, expone con detalle cómo los modos inadecuados de vivir como persona son una variable necesaria (aunque no siempre suficiente) para la comprensión y explicación de las disfunciones psíquicas neuróticas.
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