Descripción
El propósito de este libro es introducir al lector a uno de los más importantes hallazgos de la biología: el fenómeno evolutivo y su aplicación al entendimiento sobre el origen y destino del hombre.
Exploraremos cuáles son nuestros orígenes y nos daremos cuenta de cómo la evolución provee un principio unificador para toda la biología, ya que es aplicable tanto para los virus como para las bacterias, los hongos, las plantas y los animales.
También ilumina la relación que guardamos los seres humanos con el Universo y, por si esto no fuera suficiente, muchos aspectos de la evolución cuentan con una gran importancia práctica, como los problemas de salud suscitados por la rápida evolución y la aparición de resistencias bacterianas a los antibióticos.
Por otro lado, vale la pena mencionar que pocas ideas han engendrado tanta resistencia emocional como la teoría de la evolución. La publicación de Charles Darwin, en 1859, conocida como El origen de las especies, ocasionó una reacción sin precedentes en los periódicos y otros medios de comunicación de la época, la mayoría en contra de sus ideas, lo cual le ganó muchos enemigos. Ahora, en pleno siglo XXI, nos damos cuenta de que la situación no ha cambiado significativamente.
¿Por qué es tan irritante la teoría de la evolución? En su libro La teoría de la evolución, Cynthia L. Mills propone un par de razones que explican dicha cuestión.
Primero, dice Mills que la evolución es personal; la evolución indica algo de cada uno de nosotros, señala que somos simples criaturas de la naturaleza y que no fuimos creados de manera única y magistral por un ser supremo y todopoderoso como creíamos que era (o como quisiéramos que hubiera sido); en efecto, parecemos monos, pero si queremos sentirnos más especiales, podemos decir que los monos se parecen a nosotros. Para fines prácticos, y desde el punto de vista de la evolución, ambos enfoques son lo mismo. Lo anterior puede parecer chocante, sobre todo si tendemos a menospreciar a nuestros peludos parientes más cercanos.
Mills indica en segundo lugar que la teoría de la evolución, en particular la teoría de Darwin acerca de la selección natural, está al alcance de todos, es accesible y no es difícil de entender como bien pueden serlo la teoría de la relatividad de Albert Einstein o la teoría de la gravitación de Isaac Newton. La teoría de la evolución cuenta con la claridad y elegancia inconfundibles de una gran teoría. Una vez que se lee, podemos preguntarnos lo mismo que Thomas Huxley (principal defensor de la teoría darwiniana): ¿Por qué no pensé lo mismo antes? O ¿Por qué no se me ocurrió a mí la misma idea? La idea de la evolución propuesta por Darwin es tan clara que todos podemos entenderla y al mismo tiempo captar la evidencia que le da soporte. ¿Cuántas otras teorías científicas son como ésta? La mayoría de nosotros no podemos argumentar con física newtoniana, o con la relatividad de Einstein, porque no somos capaces de reproducir fácilmente las matemáticas utilizadas para tal fin. Sin embargo, la teoría de la evolución carece de tanta matemática que algunos científicos desearían descalificarla como teoría. Carece de leyes y postulados, y es sólo la descripción de un fenómeno natural; menciona que la selección natural es la responsable de los cambios que se observan en la historia viva de nuestro planeta, pues la selección natural provee de una maquinaria al cambio; una fuerza análoga a la gravitación propuesta por Newton. Recordemos que la fuerza de gravitación es la arquitecta o la directora “tras bambalinas” de todo el cosmos.
Después de leer a Charles Lyell, quien descubrió y describió que la forma de la superficie de la Tierra cambia lentamente con el tiempo, Darwin y su contemporáneo Wallace llegaron a una simple e inevitable conclusión: si el medio ambiente geológico cambia, entonces también deben cambiar las formas de los seres vivos que habitan en él. La selección natural indica que los organismos cambian, generaciones tras generaciones, en una cadena ininterrumpida de formas vivientes, como dictado por el medio ambiente en el que viven o se desarrollan. Por tanto, evolución significa: “los cambios que se observan en la vida a través del tiempo”.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.